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La continuación del periodismo, pero por otros medios.

Expiaciones (y II): pasando el testigo

Un día de finales del verano pasado, me hice una pregunta: ¿Qué datos tengo yo para sostener que el cómplice de García Carbonell en las violaciones de 1995 y 1991, era siempre la misma persona? La respuesta es: ninguno.

Todo el mundo, yo incluido, lo hemos dado por hecho, pero no hay ninguna prueba (conocida) de ello. La relación de parentesco entre Carbonell y su cómplice, de la que sí existe registro, sólo está acreditada para las violaciones de 1995.

El sentido se inventa lo que no sabe.

Pero no voy a entrar en eso ahora: lo importante es el mail que envié hace un par de semanas a dos jefes policiales de Barcelona y que decía más o menos así (los corchetes ocultan la identidad del señalado):

 

Buenos días:
Me disculparán este mail a dos bandas, pero la ocasión lo requiere.
En 2008 entrevisté a un hombre que conocía bien, realmente bien, a García Carbonell y su familia. Según el entrevistado, uno de los cómplices de García Carbonell es [X], cuyos datos relaciono más abajo.
Sin embargo, el único análisis al que tuve acceso entonces, el de la condena revocada de Olesa de 1991, mostraba que el segundo violador NO podía ser [quien señalaba el entrevistado]. Así que abandoné la pista.
Hace unos meses, caí en la cuenta y comprobé  que en verdad nada indica que el cómplice de Olesa y el de las violaciones de 1995, sean la misma persona. Todo el mundo, yo incluido, lo hemos dado por hecho: que el cómplice era un familiar cercano y que siempre era el mismo, tanto en 1991 como en 1995.
Pero ya digo: no hay nada que lo muestre. La relación de parentesco que refleja el ADN sólo aparece acreditada para los casos de 1995.
Desde septiembre y hasta hace unos 15 días, he intentado acceder a los análisis de 1995, donde se recoge el perfil del cómplice. No lo he conseguido.
Ahora vivo y trabajo en el extranjero y ya no lo voy a conseguir antes de que prescriban todas las violaciones del 95: la última, cometida contra una chica de Sant Boi de Llobregat, prescribe el próximo 18 de junio. El pasado 26 de marzo prescibió la primera.
En estos meses sí he podido averiguar algo de los antecedentes del señalado: tiene varias detenciones por asaltar vehículos a finales de los 90, algunas por parte de los Mossos, no sé si también de la Guardia Civil, y al menos una en 2003, por la Policía Nacional.
Lo significativo son los asaltos a los vehículos. Así también los detalles sobre el Volkswagen Golf de los que habla el entrevistado (les adjunto transcritos los extractos más interesantes del audio).
El «[X]» del que habla el entrevistado es:
[Nombre, apellidos, DNI, fecha y lugar de nacimiento, nombre de los padres, domicilio]
En fin, metiéndome donde no me llaman, yo empezaría por comparar los análisis del 95 con el informe del caso de Olesa de 1991.
El informe de los casos de 1995 es el A 2015/95, emitido el 16 de marzo de 1996, por el Instituto Nacional de Toxicología. Ampliado en un dictamen de 14/5/1996
El cómplice de 1995 –el ADN también muestra que en los de ese año, el segundo violador sí era el mismo en todos los casos–  todavía podría ser acusado de al menos estos dos casos, que prescriben a los 20 años:
–14 de Junio 1995. Arboç del Penedés. Uso de bates y violación doble (por turnos…) contra una sola víctima.
–18 de junio 1995. Junto al Colegio Llart de Sant Boi del Llobregat. Palos y violación doble (por turnos) contra una sola víctima.
Acaban de prescribir estos otros dos:
–24 de marzo, de 1995: descampado entre Santa Coloma de Cervelló y la Colonia Güel. Uso de porras para romper los cristales, violación por turnos de dos agresores contra una sola víctima.
–8 de abril de 1995.. Ermita del Puig. Uso de porras y violación doble (por turnos…) contra una sola víctima.
Cordialmente,

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Última actualización

A partir de hoy, el dominio http://www.ladoblehelice.com acoge la transformación de este blog en otra cosa. Esta herramienta que durante casi dos años y medio ha estado al servicio de un proyecto, la investigación y escritura de un libro, Justicia poética, deja por tanto de actualizarse.

Pero no se vayan, porque todo seguirá donde estaba: www.ladoblehelice.com

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Justicia Poética está en las librerías

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Poco más de un mes

El libro estará en las librerías españolas a finales de enero. He cambiado el título. Y estoy muy contento: Falsos testigos del porvenir era mucho más oscuro que Justicia poética. Los dos recogen bien el tiempo del que habla, pero el de la edición argentina lo hacía sólo calificando a sus funcionarios, que levantan acta del mundo como si el mundo fuera una hoja en blanco. Este de la edición española anuncia mejor el estilo y el tema del libro, que es para lo que sirven los títulos. Y es, aun con todas sus ambigüedades, más transparente. La portada de Martín Elfman, como ya dije, creo que  ilustra a la perfección la tesis del libro. Tanto, que incluso contiene la doble lectura que el texto no llega a desarrollar del todo y que no sé si alguna vez escribiré. Los párrafos de la contraportada mejoraron mucho después de pasar por las manos de Arantxa Martínez. En fin, que no me importaría que me juzguen no sólo por el contenido, sino también por la forma del libro, cosa que agradezco a Elena Ramírez, editora de Seix Barral, hacia donde un mensajero se acaba de llevar las pruebas corregidas.

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Edición española

La versión española de Falsos testigos del porvenir aparecerá  en febrero de 2010, publicada por Seix Barral.

Así que ahora que empiezo a trabajar con vistas a esa reedición, y trabajaré hasta que termine agosto, agradezco los comentarios, sugerencias y correcciones que los lectores de la edición argentina quieran dejar aquí.

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El libro está en la calle

Falsos testigos del porvenir ya está disponible aquí.

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Ahmed Tommouhi recurre una de sus condenas por violación ante el Supremo

Eco

***

Ahmed Tommouhi presentó un nuevo recurso de revisión ante el Tribunal Supremo el viernes pasado. El recurso, preparado por el abogado Javier Melero, afecta sólo a la causa de Tarragona, en la que Tommouhi fue condenado junto a Abderrazak Mounib, y se basa en los hechos nuevos recogidos en el reportaje Falsos testigos del porvenir, que publicará Seix Barral Argentina en julio.

Tommouhi y Mounib ya fueron exhonerados en 1997 al demostrarse científicamente, seis años después de las violaciones, que los autores de la cometida en Olesa de Montserrat eran Antonio García Carbonell –físicamente muy parecido a Tommouhi– y un pariente suyo que sigue sin ser identificado.  Tanto en aquella violación revisada de Olesa como en esta de Tarragona, ocurrida cuatro días después, el señalamiento de las víctimas fue la única prueba de cargo.

Este párrafo  resume el argumento del recurso y la novedad que aporta frente al que ya  presentaron sus anteriores abogados, Jorge Claret y Pedro J. Pardo, en 1999:

Es cierto que ninguno de los dos vectores aportados como elementos nuevos por el promovente de aquel Recurso de revisión [denegado en el año 2000] convergían en un hecho que relacionara a Antonio García Carbonell con las violaciones de Tarragona, lo que habría demostrado, a su vez, la inocencia de Ahmed Tommouhi. Por un lado estaba la confusión de la víctima de Olesa, que señaló –indubitadamente de forma errónea- a Ahmed Tammouhi en lugar de a García Carbonell, y por otro la utilización del mismo Renault 5 gris, con matrícula falsa B-7661-FW, que en Tarragona, para la comisión de al menos un hecho delictivo más (el robo de Montornès del Vallès) cuando Ahmed Tommouhi ya había ingresado en prisión. Pero ello no probaba, de forma indubitada, que Antonio García Carbonell fuera el usuario de ese Renault 5 GTX B-7661-FW. Ni siquiera que ese coche fuera el mismo que el recuperado semanas después. Esto es, sin embargo, lo que se podría establecer ahora: la identidad del conductor de ese Renault 5 gris plata, con un golpe junto al faro delantero izquierdo y matrícula falsa; así como que ese Renault era el mismo que el recuperado en Mollet del Vallès el 2 de diciembre de 1991.

El 26 de abril de 2000 Abderrazak Mounib murió en la cárcel. La condena de Ahmed Tommouhi expiró el 26 de abril de 2009.

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Atando cabos

El lunes publiqué unas notas sobre García Carbonell y sobre la otra identidad  que consta en su ficha policial: José Jiménez A. . Estupefacto encontró el rastro de otra persona con ese mismo nombre, y enlazó en los comentarios diversos documentos que lo identificaban. B.T. llamó la atención sobre las quizá infundadas sospechas, y –entendí yo– contra el uso y abuso público de la identidad del también llamado José J. A. Luego he pensado que no, que B.T. llamaba la atención contra el uso y abuso del historial de García Carbonell, contra el que podríamos estar cometiendo «los errores que otros cometieron con Ahmed Tommouhi y Abderrazak Mounib».

La advertencia de B.T. es útil, referida a cualquiera de los dos abusos. Me doy cuenta de que quizá si hubiera publicado la segunda identidad de García Carbonell con iniciales, sin alguno de los dos apellidos al menos, nos habríamos evitado el error de estar comparándolo con ese otro vecino de Tarragona, que se llama igual, y que nada tiene que ver con esto.

Es una interesante llamada de atención sobre las consecuencias que tiene cualquier publicación, por mucho que se insista en que se trata sólo de una «hipótesis», un borrador, o un rumor. No descubro el mediterráneo, pero reconozco que, quizá relajado por el paso de los años (se trata de unos hechos de 1972), descuidé ese principio fundamental: que precisamente porque las mentiras tienen consecuencias enteramente reales, deben evitarse también las verdades a medias.

Respecto de la segunda posibilidad, que estuviéramos abusando de las sospechas sobre García Carbonell, sigue sin parecérmelo. El rigor y fundamento de los «antecedentes» –atestados sobre hechos ocurridos en un lugar y tiempo concretos–, que ciertamente no comprobé, no afecta a lo principal aquí: el registro de diferentes identidades (que son tres, por cierto, no dos; aunque la tercera fue usada en muy contadas ocasiones) bajo una misma huella digital , que es lo que yo vi, y  sostengo.

Y sí, respecto de los comentarios de Tote y Estupefacto sobre las consecuencias legales de la edad, ésa es la principal: podría acogerse a beneficios penitenciarios que, naturalmente, no le corresponden.

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¿Quién es quién? (Cabos sueltos)

Entre todos los libros que este libro no será, uno de los que me quedo con ganas de escribir aparece en un desvío al final del capítulo sobre Antonio García Carbonell, y en el cartel puede leerse: Santa Coloma de Queralt, 1972. Me quedan ganas pero me faltan fuerzas, así que vayamos soltando lastre. Es sólo una hipótesis, pero yo apostaría a que a partir de las diligencias que anuncia este recorte de La Vanguardia de hace 36 años se podría llegar hasta la verdadera identidad de Antonio García Carbonell, también conocido como José Jiménez Amaya. Hasta su verdadera edad al menos.

 

PLA DEL PENEDÉS: DETENCIÓN DE LOS AUTORES DE UN ATRACO A UNA COOPERATIVA DE SANTA COLOMA DE QUERALT

En la localidad de Pla del Penedès han sido detenidos tres individuos que deberán responder, en unión de otro que lo fue días atrás, del atraco cometido el pasado día 11 en los locales de la Cooperativa Agropecuaria de Santa Coloma de Queralt, donde golpearon a un empleado y a un cliente y se llevaron 30.000 pesetas, desapareciendo en un vehículo de color blanco robado a un vecino de Gavà.

El mismo día 11, los fugitivos robaron una furgoneta Citroën en La Llacuna, pero cuando escapaban con ella colisionaron contra un indicador de tráfico, volcando y resultando herido uno de los atracadores al que sus compañeros dejaron abandonado.

Finalmente, en Pla del Penedés fueron detenidos Luis Moreno, de 33 años, de Barcelona; Antonio Navarro Manzano, de 28 años, de Requena (Valencia) y José Jiménez Amaya, de 23 años, de Lérida. Con el herido, Ángel Francisco Calvo Lamiller, han quedado a disposición de la autoridad judicial, así como parte del dinero que llevaban encima y diversas armas.  –Europa Press.

 

Fuente: La Vanguardia Española, 19 de septiembre de 1972.

Feliz año.

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Insisto (o segunda entrega sobre las pretensiones del ex Fiscal Jefe Mena)

Voy deprisa porque tengo que escribir. De la historia con el ex fiscal jefe, me sorpreden sobre todo alguna de las reacciones que, sin publicidad, me van llegando : «qué cinismo», o «esto funciona así, qué le vamos a hacer», como si no quedara del todo claro lo que ha pasado. Hay también quien no acabó de entenderlo. Admito que esto último deba correr de mi cuenta, porque quizá no era del todo clara la explicación de la entradilla del jueves

Sobre lo primero, sin embargo, no hay lugar para refinamientos: el señor Mena no estaba actuando cínicamente (en cuanto las formas, al menos) ni la demostración de quién de los dos decía la verdad –si él o yo– quedará para siempre incompleta. No. Ésta es la portada del segundo informe y ésta la comunicación escrita que le reclamaba, por segunda vez, ese segundo informe. Y está, además, esta respuesta del señor Mena, que desmonta de paso el lema de su escudo: «yo no me carteo con las defensas», dijo. 

Y sé que el link a esa portada no es una prueba definitiva, puesto que no aparece un sello identificativo de la Guardia Civil, entre otras formalidades; mientras ultimo esos detalles, sin embargo, sirva esta declaración que uno de los autores del informe, por exhorto del Tribunal Supremo, tuvo que prestar ante el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 1 de Martorell, el 5 de enero de 2000:

[«Que se afirma y ratifica en el informe de fecha 7 de diciembre de 1998», empezó por declarar el autor del informe]. Lo que el fiscal está diciendo es que esta declaración no habría tenido razón de ser, puesto que no existiría ese informe (de fecha 7 de diciembre de 1998) por cuyo contenido fueron los autores citados a declarar por el Supremo. Pero sin cinismo ni relativismo. Una virtud hay que reconocerle al señor Mena: no se escurre con ligerezas posmodernas: él directamente sostiene negro sobre blanco que este segundo informe no existió, y que, de existir, no llegó a la Fiscalía.  Yo he demostrado que el informe existe, que el letrado de Mounib se lo reclamó por dos veces al ex Fiscal Jefe, y que éste, en su respuesta, pasó de largo sobre el objeto del requerimiento. Basta con leer los enlaces, dos párrafos más arriba. Llegado el día haré públicos también los hechos que prueban que ese informe llegó, antes de las navidades de 1998, a la Fiscalía del Tribunal Superior de Cataluña, calle Pau Claris 160, Barcelona.

Todo esto para decirles que la verdad se defiende sola, pero que no se propaga en el vacío. Una vez mostrada, el público tiene también su responsabilidad en defenderla.

***

Hay otro olvido memorable en la entrevista. El señor Mena no recordaba la respuesta escrita que envió a Manuel Borraz, el ciudadano que meses antes le había solicitado  que analizara unas muestras del caso de Cornellà que podrían arrojar, de existir esas muestras todavía, resultados concluyentes sobre dichas violaciones. Quizá, vino a decir, fue otro el fiscal que respondió:

 

Pregunta: En una respuesta a un ciudadano, el 27 de julio de 2006, que solicitaba la posibilidad de que usted ordenara el análisis de unas muestras de Cornellà distintas de las que ya se había ordenado analizar en el 96; en su respuesta, afirmaba usted que no era competencia del Ministerio Fiscal esta diligencia que solicitaba el ciudadano y me pregunto… 

J.M. Mena: Yo no recuerdo eso…

Pregunta: ¿No lo recuerda?

J.M. Mena: No recuerdo nada en absoluto de lo que me dice.

Pregunta: Vamos, pues no sé hasta qué punto…

J.M. Mena: No. Un ciudadano que pedía que hiciéramos unas pruebas ¿de qué?

Pregunta: De unas muestras de la ropa del caso de Cornellà.

J.M. Mena: No lo recuerdo.

Pregunta: ¿No lo recuerda?

J.M. Mena: No.

Pregunta. Vale. Eee..Durante estos años

J.M. Mena: Pero me extraña mucho eso, eh.

Pregunta: No, pues están publicadas las cartas en Internet.

J.M. Mena: No, pero eso no quiere decir que sea cierto.

Pregunta: Hombre, si la carta no es falsa, es cierto, ¿no? Quiero decir, si la respuesta de la Fiscalía

J.M. Mena: Pero es que yo no recuerdo que nadie me hubiera preguntado eso ni que yo hubiera contestado eso. Quiero decir que la Fiscalía es muy grande. Cuando yo me fui había 210 fiscales.

Pregunta: O sea, ¿que puede haber contestado un subordinado?

J.M. Mena: Claro, puede haber contestado el fiscal correspondiente de, de Cornellà, tranquilamente, puede haber dicho que se lo digan al juez, que no es cosa suya. Porque, claro, pienso yo, en el supuesto de que ello haya sido así, que la petición de la reapertura de las diligencias, el fiscal ha podido estimar que es una competencia del juez. O en su caso, del tribunal que acordó el archivo definitivo de la causa por cumplimiento de la pena y todo esto. Hay muchísimas posibilidades técnicas pero, de verdad, que…, igual lo dije y lo he olvidado, porque estamos en el 2008, y claro esto, como luego han hablado mucho los medios y tal, pues parece que era el único asunto, pero desdichadamente este era un asunto más, y de una complicación técnica muy escasa. Por lo tanto, luego con la historia de los medios de comunicación y tal, lo he recordado, pero incluso, yo sobre todo recuerdo los recuerdos, más que el asunto. Porque claro, estoy en una nebulosa y me excuso siempre que puedo de hablar de este asunto, porque no vaya yo a equivocarme. Ahora mismo me plantea esto y me deja perplejo. Me extrañaría mucho haber olvidado eso, pero si lo he olvidado, pues lo lamento mucho. La verdad.

Manuel Borraz tardó menos de 24 horas en enviarme la prueba de que su corresponsal fue siempre el señor Mena, y no ningún subordinado. Había comparado las firmas de las respuestas con la solicitud de indulto, ésta sí firmada sin ningún género de duda por José María Mena el 30 de abril de 1999:

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